La comercialización del marfil fue prohibida en 1989, sin embargo, a países que demostraron proteger de manera efectiva sus elefantes se les ha permitido en tres ocasiones ventas del marfil de sus reservas gubernamentales.
Zambia y Tanzania le han solicitado a la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) que le retiren al elefante africano el estatus de especie protegida, para realizar una venta única de las provisiones de marfil que tienen acumuladas sus gobiernos, pero este organismo rechazó la petición.
Otras naciones africanas, lideradas por Kenia y Mali, piden que se imponga una prohibición de 20 años a todas las exportaciones de marfil. Aducen que el comercio legal estimula la caza furtiva, que ha estado creciendo en estos últimos 10 años. Sin embargo, la organización Traffic (que está encargada de reunir información sobre caza ilegal de elefantes y de contrabando de marfil) mantiene que si el comercio de vida salvaje se realiza bajo estándares de sostenibilidad, se avanza en la satisfacción de las necesidades humanas, se apoya a las comunidades locales y las economías nacionales, ayudando a motivar la conservación de las especies.
Caza ilegal, el principal problema
La mayoría de los conservacionistas manifiestan que la caza ilegal es el problema más acuciante para los elefantes africanos, más que las ventas autorizadas.
“La caza y el mercado ilegal del marfil en África central y occidental deben ser eliminados efectivamente antes que tenga lugar cualquier venta de marfil“, dijo Elisabeth McLellan, directora del programa de especies de la organización ecologista WWF.
Autora: Adriana Jiménez
É unha pena que os gobernos destes países non se preocupen por estes temas. Porque gozan de animais que só os hai nesa zona do mundo e, en moitas ocasións son reclamos turísticos.